Visiones de Marisol Manrique.

En estas visiones que Marisol Manrique de Lara presenta en acuarela sobre seda joyante de especial brillo y fragilidad, la propia seda es en realidad, más que soporte de los colores, una cortina a través de cuyos finísimos hilos se vislumbran imágenes del mundo real cuya luz al atravesar ese tul, queda en él emulsionada en una densidad alegre, ambigua y fascinante.


Pues lo que la artista nos plantea en cada una de estas composiciones es una mirada singular de seda óptica que interpone un universo astigmático, un sistema complejo de lentes cromáticas que devuelven una y otra vez plasmas y humores como fluidas cortinas  boreales.


La táctica.

 A través de la organización sistemática de los colores, Manrique ocupa y perturba nuestro sistema visual para utilizarlo como su cómplice : esa es la táctica.

«La composición -escribía Èlie Faure –es la introducción del orden intelectual en el caos de las sensaciones». Así la primera percepción caótica del mundo visionario de la artista, enerva una interpelación inmediata, instala en el observador, un interés compositivo y glosador de las sensaciones que se perciben frente al cual, Manrique ha organizado una contrapropuesta tranquilizante.


La estrategia.

Cuando esos pulsos interpretativos que se nos instalan y nos inquietan (como ondas sonares sin respuesta) remansan su energía extraviada, y orillamos los escuetos pasillos de las adivinanzas, desistiendo de sonsacar órdenes intelectuales, al poco, se esclarece otro caudal en sentido inverso hacia nosotros, un contrapulso rítmico e infrasensorial que nos va trayendo, con temple amable, sustancias vaporosas, dúctiles, flotantes, más ligeras o más pesadas a veces que el aire; atmósferas de gases sólidos o


flameantes, de luces sin contornos en una profundidad sin límites y sin reglas. Cuando apartamos la urgencia por entender, comenzamos a comprender: esa es la estrategia.

Pero este tráfico sensorial y emergente es dependiente y relativo. Se nos va aproximando con alegría como un manifiesto de lo efímero.

Por ese motivo es sustancialmente libre de cambiar nuestra percepción,  con cada nueva observación, llegando en casos a sorprendernos su composición gravitacional


que nos tienta a intentar un cuarto de giro o una inversión completa del eje de observación, a ver qué pasa …


La técnica.

Pictóricamente los trazos de plasma con sus contornos fundidos, organizan el espacio distribuyendo las profundidades, en ocasiones remotísimas, sugiriendo simas abisales o atmósferas de vértigo, fundiendo la tierra, el aire y la luz de un mundo que no ha cristalizado en un perspectiva ordenada . El motivo, subsiste confusamente en la lejanía de los límites de la evanescencia .

La artista escruta simas de palacios coralinos sumergidos en la bruma glauca submarina, universos florales a los que nos acerca con


una retina no humana, una visión posiblemente himenóptera, que desata consecuencias  polinizantes.

 

Álvaro Fossi

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